Brenden Picard llegó originalmente a Puerto Rico para una escapada de vacaciones de primavera, pero rápidamente se enamoró de la vibrante cultura de la isla y de sus impresionantes paisajes. Cautivado por su nuevo entorno, decidió inscribirse en la Universidad Interamericana para completar su educación. Con experiencia previa como profesor de inglés como segundo idioma en países como Bolivia y China, pronto encontró su primer trabajo como profesor en la isla, lo que le permitió compartir su pasión por el idioma y la cultura con sus estudiantes.

Brenden reconoció rápidamente que la comunidad necesitaba un sistema educativo competitivo. Imaginó una escuela que fuera más allá del mero éxito académico y se centrara en desarrollar pensadores críticos bien preparados para los desafíos de la fuerza laboral. Este enfoque tiene como objetivo dotar a los estudiantes de las habilidades y la mentalidad necesarias para prosperar como empleados competitivos en el dinámico entorno actual.

Brenden hizo la transición a la pandemia ofreciendo clases a distancia y colaborando con la administración de la escuela para implementar un currículo digital. Durante este tiempo, reconoció una necesidad aún mayor de igualdad educativa en Puerto Rico. Cuando el director de la escuela privada decidió cerrar sus puertas, Brenden y sus compañeros de facultad tomaron la iniciativa de abrir una nueva escuela juntos, impulsados por su compromiso de brindar educación de calidad para todos, Caribbean Global School en Cataño.